Para así haberme encontrado dispuesto en suertes echadas naturalmente en un lugar más añorado de aquella dulce divinidad, adónde conocí y probé mieles, aunque… aún siento no haberme logrado tanto como vuestra presencia, aún grande y no sé, si sincera, pero, más brillante que mi tan dichosa simpleza, Lejos de la suya, cuya suerte hace brillar, bueno, digámosla suerte, porque hay personas que nacen y los planetas están alineados y hacen poder disfrutar del calor de un sartén en compañía de la (quién aún, siendo yo, no logrole entender la belleza salida de sus brillantes y pequeños rizos) dulce divinidad, escuchar su risa y sus bromas bajo el árbol de navidad, jugando con accesorios, dónde yo sólo puedo verles desplegándose tan naturalmente desde mi lugar como un simple mortal, cargado de deseos silenciosos que se esconden tras un nudo en la garganta. Quisiera ser Ud. Fotografía representativa.