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Mostrando entradas de mayo, 2019

A ti.

Aún después de tantísimas horas mi cuerpo sigue llamándote con la misma llama veraniega. Aún luego de los filtros mentales, de la auto observación y la clara consciencia, tu rostro y cariño doblan las paredes de mi memoria. Es más un sentimiento nictálope pero se hace una tranquilidad tan celeste como diurna también, quizás halla sido una simple querella intentar no pensarte. El viento es enemigo de mis claros sentidos al aletear entre la larga y profunda cabellera tuya, mi corazón se funde allí. El purpúreo azul del cielo tardío me hace navegar en tu suave mirada y casi sin arrebol que mis pensamientos se pierden, se pierden en busca de una mínima manifestación de tu corazón. El bullicio «lo cito otra vez» se hace una aguja en un pajar cuando tus palabras enmarcan el ambiente con un rocío mañanero. Veo tu nombre escrito en mis jardines mentales, ellos son atravesados por callejuelas que se congregan en un observatorio donde reposa la representación tuya: una flor de mil co

Temporada de lluvias

ya el ahora es vívido que entre nostalgias y melancolías vive el ayer y mañana. Porque las lluvias traen consigo siempre una flor de vida, y no fui yo menos que ser, por las pensantes alegorías que se hicieron tangentes, las lluvias son nostalgia, recuerdo. Aún más amigas de la soledad, de la que tanto apremia al ego cansado, al sentir triste y pesado. No es un misterio ya, no es una extrañeza ya, que la búsqueda es una estúpida falacia contra el ser cambiante y superfluo que por tanto se busca, tanto se pierde, porque qué es vivir sino hacer, qué es vivir sino crear. Es cierto que no es absoluto excedente, pero es lo menos preciso a una columna de genio, me pierdo en ayeres atemporales, en escenas sin tiempo. Y es que el baúl se hace más grande a la vez que pasan los días. Cuántas más temporadas lluviosas habré de ver. La vida es hermosa con sus contrariedades.