Fragmento del poemario. Ya casi cinco y aún se espera el sueño. El retrato inmóvil de la Nación se hace ciudad desolada y marchita, ya sin luz, ya esperando. Hablando de luz que ahora todo es costumbre, nadie nota que tomaron de juego la electricidad, nadie nota que tomaron de juego nuestras necesidades. El País sufre «repito», y no hay nada mucho que la personera común logre con su limitado campo de oportunidad, es que, han robado todo, han llegado hasta los rincones más inesperados de ellos. Ahora una subjetividad; es irónico, ver combinado el ímpetu pueril con la desgracia vehemente que carga nuestra Nación, quizás halla sido cosa del destino querer forjar con mano dura esta generación que pronto tiene que hacer, quizás un atino incierto, una aleatoriedad. No cabe duda de lamentaciones, quién sabe cuándo finalice la odisea, sólo queda mirar con ojos receptivos una alteración en la altitud. Aún se espera. Arte callejero.