24 de agosto del 2018. Con esto pretendo, más allá de
escribir escrupulosamente una nota autobiográfica, escribir acerca de aquello
que me aleja tanto de una existencia proactiva y <sobre todo>
autoconsciente sobre mi mente despierta. Aquello que tanta bulla hace, aquello
que tanta bulla hace.
Nullum verbum, es una frase latina que significa sin palabras, sin verbo. Esto representa un problema existencial y relevante en las cuestiones del ser, es un problema ideal para desechar, pero, que a la vez es una sanguijuela que succiona todo asomo de coraje y voluntad, encerrándolos en un baúl que se sitúa en el punto más alto de una ilusión banal que hace creer que tan sublimes palabras son innombrables y, por ende, impalpables para el conjunto general de sentidos humanos, pero más allá de estos humanos sentidos, impalpables para el ser. Esta ilusión transforma al ser en un ente irresponsable, que se absuelve a sí mismo de las desgracias y de las decepciones que han sucedido gracias a sus acciones y pensamientos, lo lleva a adoptar una conducta insensata con respecto a sus más profundas convicciones y esto, carcome lentamente el interior llevándolo a una anunciada perdida total de voluntad.
El Bolívar soberano, es el nombre artificial que le doy al
conjunto de situaciones en las que, por mucho que haya intentado hacer la
diferencia mediante acciones reales, nunca logré materializar mis más profundos
deseos, aquellas situaciones en las que el ambiente se hizo con mi tranquilidad
y especialmente a la fantástica sociedad que tanto crea, destruye, crea y
destruye, pero sobre todo, a la conciencia que ha prevalecido y dominado esas
situaciones, esa leve pero creciente conciencia que me ha hecho aceptar la
clara derrota y que me ha empujado a tomar el camino de la superación y de la
renovación a la vez que enciende en mí la flama de la naturalidad que a veces,
subestimo y desprecio.
Formo y afirmo internamente mi propia
conciencia, mi personalidad y por consecuencia de estas afirmaciones, afirmo la
seguridad intrínseca en mí mismo, Nullum
verbum y el Bolívar soberano representan dos paradigmas completamente
distintos en mi propia percepción del mundo real, representan dos extremos
separados por una distancia completamente onírica sólo visible cuando observo
con frialdad aquello que me inspira y aflige, soy la realización de estas dos percepciones, es decir, es imposible interactuar conmigo algunas
veces mientras que otras, es imposible no interactuar conmigo, es
sensato aceptar ahora, que muchas veces he sido increíblemente insensible e/o
indiferente, otras veces no le he prestado atención a los ojos del mundo. En mi
diaria presencia se manifiestan estos dos paradigmas por sí solos.
Ahora bien, existe un tercer paradigma,
una tercera percepción de la vida misma, una que se encuentra entre Nullum verbum y el Bolívar soberano, una
percepción completamente consciente, que recopila los diferentes conocimientos
para concebir una sola y fuerte estructura mental, es el punto neutro entre el
estimulo y la respuesta, entre los impulsos y el análisis exhaustivo, es ahora
el punto máximo del ser, el auge de la personalidad, es la herramienta que emplearé
para transformar<me>. La descripción de este tercer paradigma es
superflua puesto que ella comprometería su real significado debido a que esta
percepción es el reflejo cambiante de mi ser interior, del ser que ha alcanzado
la superación. Es ahora una tarea autoconsciente la de buscar el camino hacía
la magna expresión, unificar las diferentes percepciones del mundo real y
erradicar la angustia finita que se ha encargado de obstaculizar los laureles
de la victoria personal y ante esta, la victoria pública. Sin más que escribir,
animo a mi ser interior a que sea por sí mismo, una fuente de conciencia, lo
animo a que desconozca el dominio de lo externo
y acepte el dominio de lo interno al
mismo que tiempo que acepte su responsabilidad sobre los hechos y seguido de esto, que comience a afirmar todas las potencialidades que posee además de que sea él, quien decida sobre su completa presencia.
Autorretrato "Nullum verbum y el Bolívar soberano" 23 de agosto del 2018. |
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