Reseña sine ratio de la concepción amorfa del arquetipo terrenal que dobla y repica las campanas de mi lóbulo frontal.
Primordialmente,
el deseo inmortal de control o en otros casos libertad, domina a expensas de la magnificencia que se
cree que este posee, y esto, es un medio voraz en el que el raciocinio
independiente es casi desaparecido, sirviendo como combustible al fuego de la
ignorancia.
Entonces
me pregunto: ¿qué más real que la
mayoría desfavorecida, necesitada,
ignorante, autodestructora y otra vez necesitada para ser portadora de esta
gran virtud que me atrevo a llamar libertad
o aún mejor, libertinaje? ¿A qué ha
de llegar este amorfo arquetipo ahora que se ha convertido en una tendencia pluricultural
en el interior del cerco levantado por los mejores
cartógrafos patriotas? La respuesta correrá de mí como el antílope del león,
aunque qué respuesta para una curiosa interrogante imperfecta y carente de raciocinio
real podría yo esperar.
Non terrae plus ultra.
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Democracia pura. Artista desconocido por mí. |
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