Ir al contenido principal

Reseña sine ratio de la concepción amorfa del arquetipo terrenal que dobla y repica las campanas de mi lóbulo frontal.


Primordialmente, el deseo inmortal de control o en otros casos libertaddomina a expensas de la magnificencia que se cree que este posee, y esto, es un medio voraz en el que el raciocinio independiente es casi desaparecido, sirviendo como combustible al fuego de la ignorancia.
Entonces me pregunto: ¿qué más real que la mayoría desfavorecida, necesitada, ignorante, autodestructora y otra vez necesitada para ser portadora de esta gran virtud que me atrevo a llamar libertad o aún mejor, libertinaje? ¿A qué ha de llegar este amorfo arquetipo ahora que se ha convertido en una tendencia pluricultural en el interior del cerco levantado por los mejores cartógrafos patriotas? La respuesta correrá de mí como el antílope del león, aunque qué respuesta para una curiosa interrogante imperfecta y carente de raciocinio real podría yo esperar.
Non terrae plus ultra.

Democracia pura. Artista desconocido por mí.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Individualidad y dualidad. Un pensamiento entrelazado.

—He estado pensando y reflexionando, hemos hablado en ocasiones acerca de unos temas interesantes, estaba recordando justo ahora cuando te decía que quería poder llegar a una individualidad más compleja, sin apegos ni lazos, no lo sé, me siento un tanto triste, no tengo muchas ganas de discutir hoy, creo que tantas ideas me hacen sentir confundido, pienso que el ser humano fue hecho para pensar, como te dije, una vida no vale la pena si no es para la reflexión, me gusta pensar y me gusta imaginar ideas que le den forma a mi vida, cómo has estado? —Teníamos tiempo sin hablar, ¿no es así? Quería llamar tu atención estos días, pero preferí no hacerlo, me di cuenta de que naturalmente estás mejor solo, no me refiero a que seas solitario, sino que mi compañía es grata cuando estás reflexivo, como podrás ver, soy buen observador, he estado bien, tranquilo. Me decías que te sentías triste, ¿Que ocurrió? Entiendo que no quieras discutir como lo hemos venido haciendo, tranquilo, del diálogo sie

Una pequeña roca

Luego de interminables monólogos, de constantes luchas de ego, aquél narcisista hombre se calló, no lo pude escuchar. Aquellos debates entre dos ideales se callaron, quedé solo en lo que se sintió como una eternidad… Escuchar la guerra hacía que estuviera seguro, existía el equilibrio y el balance. Sin embargo, aún conservo ciertas pequeñas cosas de él. Ha pasado tiempo desde la última nota autobiográfica, y es por ello que hoy escribo, una carta para el ego, mi ego… o mi corazón. El pleno silencio es bueno, aunque he descubierto brechas de seguridad en la templanza programada. Perdón por tratarme a mí mismo como una roca, sin perturbación ni sentimientos; fue bueno al principio, pero hoy se hace presente el agotamiento y no pido que me entiendas, sólo que me escuches. La Roca, durmiendo sobre un volcán. Un día existió una roca muy particular, esa roca había desarrollado razón y, sin embargo, no entendía lo que estaba sucediendo a su alrededor, se hacía preguntas y no hallaba respuesta

All that glitters is not gold.

Ambición? Hallándome locamente enamorado, allá donde la música me atrapa, llorando y cantando, derramando ron y hielo, De la risa al llanto hay sólo una línea, aquella pasada, que sólo vive en la nostalgia, no todo lo que brilla es oro, la felicidad a veces se vuelve llanto, lágrimas y nostalgia, Le escribo hoy a las bellas noches de historias y de ron, allá donde fui feliz y aún no lo supe; pensé “allá fui feliz y no lo supe” Allá fui feliz y no lo supe Quién da más? Quién pone más? No quiero que me vean llorando, no quiero que otro llore donde yo, un hombre de moral? Oh, ha caído cara abajo, lleno de lágrimas. Te extrañaré a ti, a ti y a ti, lo que podía suceder en compañía, las cariñosas groserías y los gritos, no olvidar el limón, quizás busquen hierbabuena sí hacemos unos cocteles, no ha de ser que no lo traigan y tengamos que tomar esa hiel pura, sacada de un rincón de ciudad. Cómo olvidar las noches de merengue, ahora hechas un misterio, Hay cosas que n