Ir al contenido principal

Cuestión de existencia.

Desplomé en un hoyo perpetuo lleno de una afanada agonía. Inmerso en angustia ya dejé de percibirme. Sólo me queda tratar lo intratable con mi supuesto alter ego. Los astros son tantos que mi mente me duele tan sólo de imaginar ese número. Esto me lleva a atacar a mi agonizante existencia, ni siquiera debería llamarla así, ¿por qué tendría que llamarla así?, seguramente esa existencia morirá luego de que la última persona que me recuerde se olvide de mí, así qué, opinó yo que existiré unos doscientos sesenta y nueve años aunque también opinó yo, que existiré unos ciento veinte años. Que inquietud siento de pensar en esto, mi vida se prolongará de la misma forma en que lo hace un vaso con agua, naceré cuando el vaso sea llenado, viviré cuando el vaso sea tomado, moriré cuando el vaso ya no tenga agua. Mi vida es tan importante como cualquier vaso con agua, mi pobre corazón será golpeado eternamente, por mí, por todos. Ahora que pensé esto, no sé cómo podré ser el Observador, de qué me servirá esto si ni siquiera podré observarme –ni observar- en todo momento, ¿Acaso he creado una antípoda? ¿Acaso he hecho dos percepciones absolutamente desiguales? ¿Acaso estoy anhelando deseos contradictorios? ¿Seré yo, mi propia salvación? ¿Seré yo, mi propia perdición? ¿Cómo pude yo haber hecho todo esto al mismo tiempo sin darme cuenta? Nunca había pensado esto. Nunca había visto cómo soy manipulado por mí mismo. Nunca había tenido acceso a mis dos partes. Será necesario tratar lo intratable.

Con amor. Andrés.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Una pequeña roca

Luego de interminables monólogos, de constantes luchas de ego, aquél narcisista hombre se calló, no lo pude escuchar. Aquellos debates entre dos ideales se callaron, quedé solo en lo que se sintió como una eternidad… Escuchar la guerra hacía que estuviera seguro, existía el equilibrio y el balance. Sin embargo, aún conservo ciertas pequeñas cosas de él. Ha pasado tiempo desde la última nota autobiográfica, y es por ello que hoy escribo, una carta para el ego, mi ego… o mi corazón. El pleno silencio es bueno, aunque he descubierto brechas de seguridad en la templanza programada. Perdón por tratarme a mí mismo como una roca, sin perturbación ni sentimientos; fue bueno al principio, pero hoy se hace presente el agotamiento y no pido que me entiendas, sólo que me escuches. La Roca, durmiendo sobre un volcán. Un día existió una roca muy particular, esa roca había desarrollado razón y, sin embargo, no entendía lo que estaba sucediendo a su alrededor, se hacía preguntas y no hallaba respuesta...

Individualidad y dualidad. Un pensamiento entrelazado.

—He estado pensando y reflexionando, hemos hablado en ocasiones acerca de unos temas interesantes, estaba recordando justo ahora cuando te decía que quería poder llegar a una individualidad más compleja, sin apegos ni lazos, no lo sé, me siento un tanto triste, no tengo muchas ganas de discutir hoy, creo que tantas ideas me hacen sentir confundido, pienso que el ser humano fue hecho para pensar, como te dije, una vida no vale la pena si no es para la reflexión, me gusta pensar y me gusta imaginar ideas que le den forma a mi vida, cómo has estado? —Teníamos tiempo sin hablar, ¿no es así? Quería llamar tu atención estos días, pero preferí no hacerlo, me di cuenta de que naturalmente estás mejor solo, no me refiero a que seas solitario, sino que mi compañía es grata cuando estás reflexivo, como podrás ver, soy buen observador, he estado bien, tranquilo. Me decías que te sentías triste, ¿Que ocurrió? Entiendo que no quieras discutir como lo hemos venido haciendo, tranquilo, del diálogo sie...

Un poema para una persona que admiro.

Risueña, feliz, alegre y poderosa, te conozco y me alegro nada más de saberte tan estrella, brillante y majestuosa, tus labios llenos de anécdotas por contar, tu mente llena de ensueños increíbles, de ideas solo tuyas y que animan al mundo entero, siendo una mujer como ninguna, un ángel en medio de mortales, inmortal belleza de mis pensamientos, elemental fruto de lo hermoso mismo, tus expresiones, tus cantares, brillante musa de mi débil arte, sólo vivo por tus cabellos a veces cobres, a veces verdes, pero hoy rojizos y mañana seguro violetas, increíbles y llenos de luz, tu forma de vivir, tu altanería, tu ojos de fuego y tu cuerpo de griega, tu alma brillante como el oro, viva y fugaz, amorosa y nunca finita, observarte es mi libertad, mi abeja reina, Luisa, te admiro, eres mi persona preferida y a quien deseo siempre. Luisa posando, radiante.