Ir al contenido principal

Una nota al amor.


22/05/2020

La brisa acariciándonos mi amor, recuerdas
el sonido de los árboles, del viento del casi
anochecer que nos llamaba a abrazarnos
más fuerte que nunca, o a aquel matrimonio
de chismosos que nos hacía reír tanto y también
querernos tanto, encontrando razones para
no querer irnos en cada simple cosa que veíamos,
así me encontré con tu preciosa risa que me
atrapó el corazón, haciéndolo latir al compás
de tu risa, siendo tuyo desde el día en que nuestras
respiraciones se encontraron por primera vez,
un viernes que afloró algo que ya existía y que
existiendo ya en ambos, nos unió instantáneamente,
sin darnos cuenta, desde ese día no pudimos dejar
de pensar en el otro, aunque ya lo hacíamos desde
antes, ¿verdad?

Desde ese día no pude dejar de pensar en la intensidad
que sentí en mi pecho, fue una gran pregunta en su
momento, porque ya te veía y se me abría el pecho,
pero ya lo sé, mi amor, me enamoré de tu respiración,
del brillo de tus ojos y de muchísimas otras cosas, entre
esas la tranquilidad y la seguridad que encontré contigo,
en nosotros como uno, cosa que ambos siempre buscamos,
que buscamos sin pensarla encontrar, tú conmigo y yo contigo,
días pase viéndote y respirando hondo porque cada vez
que te veía tocándote el cabello me iba muriendo por dentro
y por momentos me hacía tan torpe ensimismándome en
monólogos acerca de mi constante sensación, en la de ser
tuyo, en la de encontrar todo con alguien realmente
fascinante, en la de encontrarlo todo contigo, amor.

Son cuatro meses, sintiendo que se me abre el pecho cada
vez que te veo a los ojos, aunque también sintiéndome
tan grandiosamente apreciado y hecho calma, con tus
caricias y tus abrazos. Sintiéndome enormemente vivo,
cada vez que nuestras respiraciones son una, que nos
hacemos intensidad, color rojo carmesí, mucho más intenso,
lo encontré todo contigo, ya no dejo de pensar en tus labios
de miel, en tu piel pastel, en tus sutiles líneas que me hacen
suspirar, en tu profunda ambrosía, aquella que hace tiempo,
en realidad bastante si lo detallamos un poco, llamábamos
amiga, con sufijo de cariño. Estoy convencido de que quiero
ver siempre tu precioso rostro coloreado en un hermoso
rosa, tan cerca de mi rostro como nuestros corazones latiendo,
no dejaré de amar cada detalle tuyo, físico; como tu singular
cabello, que me fascina cada día, tu piel hermosa, tus ojos brillantes,
tu nariz perfecta. Pero aún más, quiero seguir conociendo y
amando cada detalle de tu ser, estoy seguro de que cada
día mi fascinación crecerá, porque tú eres la mujer más
inmensamente hermosa en detalles que hacen que te ame
más y más, como tu cariño por las historias de terror, tu
gusto por las manualidades, el clique, tu forma tan personal y auténtica
de observar las cosas que te rodean, tu forma de existir, soy feliz
pudiendo conocerte cada día más, estoy feliz de que seas tú
quien me acompañe y lo que es mejor aún, que tú misma quieras
seguir estando tan cerca de mí como yo de ti, es algo tan
realmente increíble que estoy asombrado por como fluye
lo que sentimos, estás siempre llenando mi corazón con tu
inmenso cariño y amor. Los recuerdos de un anciano amigo mío
siempre se me vienen a la mente en estos momentos,
déjame contarte lo que había cantado:
“fue aquel otoño, atardecer
la brisa suave, acariciando tu piel
el sol se esconde, deprisa otra vez…
Cierra tus ojos, y piérdete en mi ser”.

Y sí, cariño, fue aquella tarde cuando crecí, porque contigo
estoy creciendo, estoy aprendiendo y mira que veo con
tanto amor el crecimiento y a tu lado, lo amo más, estoy
contigo, estás conmigo;
“para qué correr si no hay apuro?
si lo más difícil de encontrar,
lo encontré contigo
y nadie más”.

Gracias por todas las cosas hermosas que hemos vivido,
sé que todavía nos queda muchísimo por vivir, juntos
como dos seres curiosos y llenos de amor, te amo con
todas mis fuerzas, siempre, amada mía.

Foto viejita.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Individualidad y dualidad. Un pensamiento entrelazado.

—He estado pensando y reflexionando, hemos hablado en ocasiones acerca de unos temas interesantes, estaba recordando justo ahora cuando te decía que quería poder llegar a una individualidad más compleja, sin apegos ni lazos, no lo sé, me siento un tanto triste, no tengo muchas ganas de discutir hoy, creo que tantas ideas me hacen sentir confundido, pienso que el ser humano fue hecho para pensar, como te dije, una vida no vale la pena si no es para la reflexión, me gusta pensar y me gusta imaginar ideas que le den forma a mi vida, cómo has estado? —Teníamos tiempo sin hablar, ¿no es así? Quería llamar tu atención estos días, pero preferí no hacerlo, me di cuenta de que naturalmente estás mejor solo, no me refiero a que seas solitario, sino que mi compañía es grata cuando estás reflexivo, como podrás ver, soy buen observador, he estado bien, tranquilo. Me decías que te sentías triste, ¿Que ocurrió? Entiendo que no quieras discutir como lo hemos venido haciendo, tranquilo, del diálogo sie

Una pequeña roca

Luego de interminables monólogos, de constantes luchas de ego, aquél narcisista hombre se calló, no lo pude escuchar. Aquellos debates entre dos ideales se callaron, quedé solo en lo que se sintió como una eternidad… Escuchar la guerra hacía que estuviera seguro, existía el equilibrio y el balance. Sin embargo, aún conservo ciertas pequeñas cosas de él. Ha pasado tiempo desde la última nota autobiográfica, y es por ello que hoy escribo, una carta para el ego, mi ego… o mi corazón. El pleno silencio es bueno, aunque he descubierto brechas de seguridad en la templanza programada. Perdón por tratarme a mí mismo como una roca, sin perturbación ni sentimientos; fue bueno al principio, pero hoy se hace presente el agotamiento y no pido que me entiendas, sólo que me escuches. La Roca, durmiendo sobre un volcán. Un día existió una roca muy particular, esa roca había desarrollado razón y, sin embargo, no entendía lo que estaba sucediendo a su alrededor, se hacía preguntas y no hallaba respuesta

All that glitters is not gold.

Ambición? Hallándome locamente enamorado, allá donde la música me atrapa, llorando y cantando, derramando ron y hielo, De la risa al llanto hay sólo una línea, aquella pasada, que sólo vive en la nostalgia, no todo lo que brilla es oro, la felicidad a veces se vuelve llanto, lágrimas y nostalgia, Le escribo hoy a las bellas noches de historias y de ron, allá donde fui feliz y aún no lo supe; pensé “allá fui feliz y no lo supe” Allá fui feliz y no lo supe Quién da más? Quién pone más? No quiero que me vean llorando, no quiero que otro llore donde yo, un hombre de moral? Oh, ha caído cara abajo, lleno de lágrimas. Te extrañaré a ti, a ti y a ti, lo que podía suceder en compañía, las cariñosas groserías y los gritos, no olvidar el limón, quizás busquen hierbabuena sí hacemos unos cocteles, no ha de ser que no lo traigan y tengamos que tomar esa hiel pura, sacada de un rincón de ciudad. Cómo olvidar las noches de merengue, ahora hechas un misterio, Hay cosas que n