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Las Puertas de Istar.

Mi soledad se define en el sonido
retrofuturista de un piano brillante,
preguntas retóricas y movimientos
no propios del karate,

Hasta que llegas tú… y puedo
llegar a tus ojos, desde los míos
viendo mi reflejo en tus bellos
espejos marrones (el piano ambienta)

Ven y vamos a entregarnos a la
contemplación de la anatomía,
el respirar permítelo ser salvaje,
y sírvete un trago de la ambrosía

Porque yo ya tengo mi ambrosía
servida en medio de dos torres
de mármol, construidas por
arquitectos sacros, definidas con
ojo de costurero,

Piedra angular de mis deseos,
el centro del mundo, el origen
del océano, el rocío que origina
la miel, dulce y a su vez salado,
espeso y húmedo, brillante como
tus ojos marrones al verme tomar
la miel desde su origen, abrir sus
(tus) puertas y beber de la fuente
con mi boca, como lo hace un
niño sediento con una llave de agua.

Cada lugar nos hace querernos más,
déjame decirte al oído que vivir
oculta una hermosura a simple vista
y más aún, si el vivir es contigo,
dame tu mano y veamos el atardecer
caer en tonos rojizos, tratando de
imitar nuestros rostros en el cénit
de la complicidad, escuchemos
canciones de amor y hagamos
canciones con el sonido de la
madera que nos sostiene mientras
de fondo vemos Blade Runner…

El Palacio.


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