Algo cansado me siento hoy de la rutina diaria, estoy distraído, tanto que estoy atento a las variaciones en la rutina, mi mente no se adapta, mi cuerpo reclama algo. La información diaria solamente se cuela en mis oídos, se queda sonando como un eco. Es un hecho que no pueda concentrarme en algunas cosas, me siento algo cansado de programar cada día una guía para moverme entre burbujas, en especial, de romper la barrera de una. Algo afligido también considero estar, es algo melancólico musitar alguna que otra palabra cuando no te puedo sentir. El camino se vuelve un poco nebuloso, llevo conmigo una tenue claridad, imperceptible por lo que está alrededor, perceptible para unos, atesoro unos varios momentos durante la rutina, esto me hace sentir reconfortado a veces, otras muchas, me llena de nostalgia a la vez que una lágrima que baja me hace recordar lo que ya no tendré, tal vez mi pensamiento esté llorando sólo de no tener un recuerdo fresco de ti, me siento algo lento, sólo... quiero descansar por un breve momento para después poder presentarme lleno de brío. No quiero gritar ni llorar, sólo pediría perderme en el mar de calma que veo de lejos en tus ojos.
Ambición? Hallándome locamente enamorado, allá donde la música me atrapa, llorando y cantando, derramando ron y hielo, De la risa al llanto hay sólo una línea, aquella pasada, que sólo vive en la nostalgia, no todo lo que brilla es oro, la felicidad a veces se vuelve llanto, lágrimas y nostalgia, Le escribo hoy a las bellas noches de historias y de ron, allá donde fui feliz y aún no lo supe; pensé “allá fui feliz y no lo supe” Allá fui feliz y no lo supe Quién da más? Quién pone más? No quiero que me vean llorando, no quiero que otro llore donde yo, un hombre de moral? Oh, ha caído cara abajo, lleno de lágrimas. Te extrañaré a ti, a ti y a ti, lo que podía suceder en compañía, las cariñosas groserías y los gritos, no olvidar el limón, quizás busquen hierbabuena sí hacemos unos cocteles, no ha de ser que no lo traigan y tengamos que tomar esa hiel pura, sacada de un rincón de ciudad. Cómo olvidar las noches de merengue, ahora hechas un misterio, Hay cosas que n
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