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Mostrando entradas de 2020

Es hora; un amor de navidad.

Hora. f. Tiempo oportuno en donde ocurrirá algo, determinado. Días y días bellos, como el sol nuestro de una tarde al viento sentados al atardecer, encantados y llenos, observadores y amantes, déjame ver, amor mía, esos nuevos cabellos rubios que parten de tu frente, bailoteando entre los rayos del sol, siguiendo el ritmo de nuestra caminata, pasando el puente y tomando posición de una calle, viendo el mundo, riéndonos, haciendo el aire una nube de color, mi corazón se hizo tuyo, cada vez que vi tus bellos rizos siendo movidos por el viento, como si fuera tu sirviente. Notas y más notas autobiográficas, de donde parten mis monólogos, estos muchos dedicados a una memoria viva, cuyas raíces son rubias, a veces rojas, y otras violetas, rizadas, hermosas y despreocupadas, es mi deseo, hoy ya casi terminando, me tomo el atrevimiento de escribir para ti, mi dulce musa, un poema cuyas letras están manchadas de más de un año de inspiración, de color, de amor, de pasión, de dolo

Tus cabellos rojos.

Tus cabellos rojos, tus colores rojos que me atrapan, en la blancura de leche de tu mar de piel, inmenso y divinidad hecha mujer, mía y musa artística de mis profundos desiertos que se encienden en movimiento, ya por tu color, por tu miel que chorrea, por buscar(te) en el origen del mundo, mi diosa violenta que emana intensidad y color vivo, color de vivir, sólo busco el origen, la mística presencia invisible/ tangible, de ti, mi amada, que me impulsas y me atrapas, en tu tesoro, aquél secreto chorreante que existe para ser el centro de la tierra, dónde ves el mar y poderosa lo haces tuyo y lo conviertes en una llameante expresión corpórea, tan tuya como mi cuerpo y mis sensaciones todas fundidas entre tus brillantes cabellos rojos como la sangre y bellos como el fruto dulce de nuestra expresión, ansiosa y tranquila, terriblemente hermosa y sólo nuestra, como nuestra complicidad calurosa como el sol de la tarde, vuelvo a desear esas tardes de calor, ambos sofoca

Un poema para una persona que admiro.

Risueña, feliz, alegre y poderosa, te conozco y me alegro nada más de saberte tan estrella, brillante y majestuosa, tus labios llenos de anécdotas por contar, tu mente llena de ensueños increíbles, de ideas solo tuyas y que animan al mundo entero, siendo una mujer como ninguna, un ángel en medio de mortales, inmortal belleza de mis pensamientos, elemental fruto de lo hermoso mismo, tus expresiones, tus cantares, brillante musa de mi débil arte, sólo vivo por tus cabellos a veces cobres, a veces verdes, pero hoy rojizos y mañana seguro violetas, increíbles y llenos de luz, tu forma de vivir, tu altanería, tu ojos de fuego y tu cuerpo de griega, tu alma brillante como el oro, viva y fugaz, amorosa y nunca finita, observarte es mi libertad, mi abeja reina, Luisa, te admiro, eres mi persona preferida y a quien deseo siempre. Luisa posando, radiante.

Un viajante, hombre alegórico, sutil y mental.

Amante de las notas autobiográficas, sed en vuestra presencia un ser más, cuyas fauces mentales/idealistas se consagran en una libélula metafórica, que atina a ser para mí, el ego, una sensación sutil, que se representa en la forma de una idea, una leve y pequeña idea transformada en prosa, porque dejé de medir y las sensaciones son las que hablan, meninas torpes y en mí especial caso, en mi especial abismo de introversión; seres contradictorios que sólo existen para decirme que mida los poemas y que me detenga a pensar en la estética, a quien yo clasifico como Ira y sólo ira, la estética de la ira es una plasticidad (léase como adjetivo artístico) cuya ironía se basa en la calma y en la tranquilidad, es en eso que en mi especial abismo de introversión la ira se forma, como un insecto que se hace capullo y se nutre y se va formando poco a poco, como las nubes de las cinco que me recuerdan a un ojo egipcio de por mi casa, una especial anécdota de un Ken mal compre

Deseo/Piernas.

Las tardes calurosas con vos, sofocándonos y gritándonos al oído sin hablar, palabras de amor, de furia tierna y color pastel que nos hace uno solo,  Recordando tu expresión vuelvo a desear esas tardes de calor, llenas de ansiedad, dame tu miel, amor, déjame embotar mi gusto con las dulces gotas de miel que chorreas, mi abeja reina Mi dulce golpe de calor, dueña de mi imaginación, de mis fuerzas y de mi color rojo, te prometo una cita ideal, adorando nuestra vitalidad, hambrientos y curiosos, insaciables, déjame dormir en tus pechos de miel, deseoso de no salir de allí o morir ansioso allí entre tus piernas.

2017 Macky's been a bad (x2) boy / Pepperoni Playboy.

Tardes soleadas de hace años, es una oda a los niños curiosos y a mi hermano que me llamaba en las tardes para caminar entre selvas de cemento, en caminos verdes, los más célebres entre la under contracultura impulsiva, el deseo infantil de despedir el fin de semana, como la canción, sonando en las tardes antes, en los lugares mientras, cánticos y tenues humos, cortinas nubladas, tierra de jabón, jabón de tierra, Preludios a la iracunda magnifica selva madre, preludios marcados con crema y sentimientos secos, encontrados en un crew de normalmente 4, recuerda el <same> y el vamos a comprar doritos, bolso de cuero, cerebros rojos y listos a correr, un sofoco magnifico, un verano, “And oh, don’t let me see you crying cause oh, honey I’ll smoke you ‘til I’m dying” La parodia terrible de hacer ensalada y el niño sandia, vulgar y sofocado, esqueléticas sombras, vulgar y Viceroy, tendencia a lo excéntrico, a sobresalir, como lo hacemos, naturalmente y sin haberno

Monocromo.

Canto monocromático a la ira, pseudo video del rodaje nocturno de la expectativa natural, connatural al hombre, antípoda de lo antinatural, naturalmente acompañada de sonatas románticas, indelebles, como el llanto tenor de la prosa hecha poema, bien escuchada y amada, esperanza, esperar, llorar, gritar, cesio, luces tenues que explotan en mi rostro, por dentro, como aquellas campanas lúgubres que resonaban en los lóbulos del pequeño niño anarquista que alguna vez fue, que ahora espera y que ahora no es, como los años que se van, iracundos, agridulces y desamparados, amparados por la nostalgia, endulzados por el insomnio, soledad, es verdad, pero es una mentira, una verdad desterrada ya hace tiempo, en fin, es un canto monocromático, dedicado a la ira, que es menos que un terror, un susto, o una tristeza impotente que solloza y que canta, porque aprendió.

Niña.

“Contigo siento una increíble felicidad, es la que tú me das, el regocijo que siento a tu lado no lo había sentido jamás, sólo en tus brazos quiero estar”. Vestidos y dulces sonrisas, ambos astronautas quizás buscando salir de la atmósfera, juntos, felices, las puertas no caerán, te quiero aquí, Mejor, besos dulces, ambos cosmonautas, perdidos en nuestra autopista, viviendo un viaje fugaz, intenso, infinito, te quiero aquí Sé que estás lista, lo hemos estado desde hace mucho, tus ojos, tus labios, tus muecas, amor, tu vestido te queda hermoso, Ale, amo tu dulzura, cayéndole a mi boca como el sol de las cinco, tu miel, tú sabes, mi amor, amiguita, “Tu perfección me ha cautivado, gracias por haberme encontrado. Eres tan hermoso, me he perdido infinitamente en tus preciosos ojos”. Gracias, amada mía. Te amo. Bellísima.

Ale.

La perdida de calor en alturas es justa para una hipotermia, por eso los experimentados buscan sobriedad en sus faenas, sí es cierto que no me gusta la nata de la leche Ni me gusta el queso, ni la mantequilla no los paso así sin más, aunque los amo tampoco me gusta la carne, aunque amo hacerla y pues “Una vez vi que no cantabas y no sé por qué, si tienes voz y tienes palabras, déjalas caer, cayéndose suena tu vida, aunque no lo creas”. Viernes como domingo, domingo como lunes, haciendo arepitas a las 11, leyendo fracciones místicas de Ben Hur en la memoria, Porque me recuerdo, como dice la canción, me veo en terrazas ocres, mirando y sin mirar, Al ritmo de un blues, que es un tango, por favor! El abismo es una arepa de trigo con arequipe, Es justo y necesario, sólo saber algo que tú sabes, lector Introspección, amargura, terror, té de pasiflora amargado por el miedo a una intoxicación por cianuro, canto a la hidrofobia Sí! Sí! Sí!

Antología, complicidad.

Vientos calurosos de las tres de la tarde, llenándonos de sudor, color rosa en tu rostro y sabor a bloqueador en mis brazos, Bien inmensidad de color, entre las raíces mentales, unidas y hechas dobles, pero una, una mezcla grandiosa y afanada de suspiros, de risas y de preguntas, de rostros asustados, calurosos, afanados también, cómplices, poetas en el boom, curiosos en el placer, queriendo gritar, queriendo reír, un oído aquí y otro allá, miradas delirantes y miradas tiernas, un <te quiero muchísimo>, un <sí lo soy!>, un abrazo y un agarrón, me gustas desde tus ternuras y desde tus afanes,  por un momento olvido la métrica, como ahora, también me olvido o más bien me fundo entre tu olvido, porque ya no es uno como tal, sino un encuentro, un fin y un inicio, porque se acaba por un momento el mundo y somos nosotros los dos únicos seres de nuestro mundo, que recién inicia y se condensa en nuestras miradas y sensaciones, en las frases consentidas y

Una nota al amor.

22/05/2020 La brisa acariciándonos mi amor, recuerdas el sonido de los árboles, del viento del casi anochecer que nos llamaba a abrazarnos más fuerte que nunca, o a aquel matrimonio de chismosos que nos hacía reír tanto y también querernos tanto, encontrando razones para no querer irnos en cada simple cosa que veíamos, así me encontré con tu preciosa risa que me atrapó el corazón, haciéndolo latir al compás de tu risa, siendo tuyo desde el día en que nuestras respiraciones se encontraron por primera vez, un viernes que afloró algo que ya existía y que existiendo ya en ambos, nos unió instantáneamente, sin darnos cuenta, desde ese día no pudimos dejar de pensar en el otro, aunque ya lo hacíamos desde antes, ¿verdad? Desde ese día no pude dejar de pensar en la intensidad que sentí en mi pecho, fue una gran pregunta en su momento, porque ya te veía y se me abría el pecho, pero ya lo sé, mi amor, me enamoré de tu respiración, del brillo de tus ojos y de muchísimas otras

Dolor. Canto y Estética.

El canto. Compuesto decadente de materia, cuya misión es explorar mapas manchados de dolor, entre gritos, mordidas y cortes, destinados a detallar blanca piel, pálida y ahora llena de pinceladas, ácidas y con meras razones resumidas en una palabra tan bella que me es difícil explorarla aquí, tal como ya es costumbre en esas noches plácidas, ruidosas y con una que otra jaqueca, gritos mudos y una taquicardia tan gentil y dulce como el brillo de la luna que se cuela por lo poco descubierto de mi ventana nocturna, mientras más tiempo pase, más preciosa luz lunar llega a mis comunes monólogos desesperados, que en ocasiones son detenidos por los áureos rayos solares del hermoso amanecer, que me cohíben del trémulo placer/dolor de una noche que se hace prístina y obra consumada en mis cavidades torácicas, no es arte, es un intento de tomar la tenue luz del saber, del saberme tal como antes, una mera ilusión, lo es y puedo reírme de aquellas banalidades hechas sensacio

Nuestros días.

Poesía endeble, letras en  llantos <perdón, me has hecho aún más sentimental> manchas castellanas, con breves arreglos más con largos significados, para mí, para ti, para nosotros. <Poesía endeble> es lo que te escribo, mi amor, hoy soy feliz junto a ti, perdona mi intención, te amo a ti y hoy las letras están fluyendo, debe ser por tu recuerdo, por el amor tan vivo que siento ahora. Un señor amigo, a su amada le cantó;  “… la lluvia cae, al anochecer,  el tiempo apremia hay que correr,  detén tu paso, no hay nada que perder,  hoy es la lluvia, te invita a querer.  Cierra tus ojos y piérdete en mi ser”. Y es cierto, llegaste en el momento más preciso, mi amor, es por eso que cada día mi corazón te aprecia más, ahora más tuyo que mío, te ama, te amo. Generalmente los días fríos potencian mis bucles artísticos, ahora tú lo haces también. Canciones nuestras, abrazos nuestros, besos nuestros, caricias nuestras, dime, ¿quieres ir a caminar? Tu existir

Fresa/chile.

Un sabor dulce se cuela entre mis papilas, ya lo tengo y ya me hace sufrir, amor mío, ven y juguemos a dejarnos caer en el bello dulce que sólo conocemos entre miradas al unísono, buscando no esperar a hacernos cómplices, tú y yo. Un mordisco de chile es lo que mi pecho se vuelve cada vez que me buscas con esa mirada que atrapa mis sentidos y los hace intensidad, insistes en dejarme sin aire, ¿mi oxígeno?