Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2018

De las cuestiones lunares

Aquel satélite blanquecino cual vestal fuere. Aquella masa marcada por asteroides. Cuán inimaginable. Cuán imaginable. Labras potestades, entre terráqueos y náuticos. Aterrorizas al joven, aún más al aislado. Fundas maremotos, entre gentes y costas. Inundas con luz, las bajas germanias. Aún ante tu ausencia olímpica, flamines habrás requerido. Qué más que incredulidad, qué más que enajenación, qué más que admiración, qué más que curiosidad.  Luna menguante.

Composición Joviana.

Tierra y humanidad; triste soledad, más allá de ella; humana necesidad. Incoloro sentir; que destruye vitalidad, desesperado ideal; que incita barbaridad.   Improbable realización; que inhabilita sensación, purpúrea  concepción;  que inhibe civilización. . Importante condición; que verborrea sin cesar, magna imaginación; que inevitable se proclamó.  Vasta insipidez; cual gran acto fuese, más aún gran ilusión; que concibe sin decepción. 

Monólogo de un martes 13/11/18

¿En qué se ha convertido?          <Ahora la vida> ¿En qué ha mutado ea?          <Ahora la visión> ¿Acaso es un sueño?          <De culos qué;                    no fueron nunca> ¿Acaso en una pasión?          <De sueños qué;                    no fueron sueños> ¿De verdad he muerto?          <En el recuerdo;                    de mi dependencia> ¿De verdad he nacido?          <En la miseria;                    de mi irrealidad>   ¿Serán mis sentidos?          <Un tenaz recuerdo> ¿Seré yo?          < Yo >  Pablo, Yves Decamps, 2018.

Perdida expectativa & Bob Ross

Bob Ross motivó esta entrada y es a la gente, metafóricamente a mí mismo, a quien escribo, el coloquialmente conocido mongolismo (sic) abarrotó muchísimo y es allí cuando se abruma la trascendental definición humanística de la más alta de las virtudes, casi nula esperanza y expectativa está invertida, no obstante, puedo yo exceptuarlo por saberme a mí mismo. Dimensiones, Bob Ross. <Lamento la mala calidad, no encontré mucho más que esta imagen de la obra>

De frases selectas. Prefacio al prólogo.

Si os ha gustado, batid palmas y aplaudid al autor. César Augusto, finales de su vida. ¿Os parece que he representado bien esta farsa de la vida? César Augusto, finales de su vida. ¿Numquid durabo? San Alberto Magno, siglo XIII. ¿Quedará algún minúsculo fragmento de mi alma en el espíritu universal? Aleksandr Solzhenistyn, Pabellón de cáncer, 1973.   ¿Bregar? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Por la fama, lenitivo que suplanta a la seguridad de un más allá? ¿Por el hombre? ¿Por crear y que perviva, al menos efímeramente, nuestro recuerdo cuando nos vayamos? Luchar contra la Nada, que es peor que el infierno. José M. Tajarina, Del miedo a morir. Todo hombre es un moribundo. Marco Aurelio. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, Una sombra una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. Calderón de la Barca. La Dirce cristiana, Henryk Siemiradzki, 1897.

Reseña sine ratio de la concepción amorfa del arquetipo terrenal que dobla y repica las campanas de mi lóbulo frontal.

Primordialmente, el deseo inmortal de control o en otros casos  libertad ,  domina a expensas de la magnificencia que se cree que este posee, y esto, es un medio voraz en el que el raciocinio independiente es casi desaparecido, sirviendo como combustible al fuego de la ignorancia. Entonces me pregunto: ¿qué más real que la mayoría desfavorecida, necesitada, ignorante, autodestructora y otra vez necesitada para ser portadora de esta gran virtud que me atrevo a llamar libertad o aún mejor, libertinaje ? ¿A qué ha de llegar este amorfo arquetipo ahora que se ha convertido en una tendencia pluricultural en el interior del cerco levantado por los mejores cartógrafos patriotas? La respuesta correrá de mí como el antílope del león, aunque qué respuesta para una curiosa interrogante imperfecta y carente de raciocinio real podría yo esperar. Non terrae plus ultra. Democracia pura. Artista desconocido por mí.

De lo que me mueve.

Hoy escribo especialmente para ti, no sabes cuánto te pierdo en el momento en el que me desconozco y esto me hace sentir muy apenado contigo debido a que mereces un mundo sin hirientes singularidades. Durante mucho tiempo me he llenado de ti, desconozco una forma de contarte todo esto que me mueve, me siento inmensamente complacido sólo con sentir tu presencia, eres mucho y lo más que puedo hacer justo y ahora y durante mucho tiempo es regarme hasta llegar a ser más, continuaré protegiendo esto que siento y que amo con muchísima fuerza, sólo para ti, amada mía.

De la aún joven visión del mundo.

Libertad y fantasía, son las máximas del alma y más aún, del alma mía, que monótonos se han convertido los días ahora que he decidido buscar<me>, sería indigno que rechazase esta terrible realidad ahora que tanto vale para mi aún joven visión del mundo, no puedo desconocer<me> más y a razón de ello, no puedo seguir asesinando mi voz, un escalón es lo que separa al triunfo de mí, sólo uno, ¿qué tan lejos estará?. ¡Felices aquellos que creen en un mundo mejor! Para mí, este es muy árido. -Simón Bolívar. Foto: Bullicio, Colombia, 31 de agosto de 2018.

Nullum verbum y el Bolívar soberano.

24 de agosto del 2018. Con esto pretendo, más allá de escribir escrupulosamente una nota autobiográfica, escribir acerca de aquello que me aleja tanto de una existencia proactiva y <sobre todo> autoconsciente sobre mi mente despierta. Aquello que tanta bulla hace, aquello que tanta bulla hace. Nullum verbum, es una frase latina que significa sin palabras, sin verbo . Esto representa un problema existencial y relevante en las cuestiones del ser, es un problema ideal para desechar, pero, que a la vez es una sanguijuela que succiona todo asomo de coraje y voluntad, encerrándolos en un baúl que se sitúa en el punto más alto de una ilusión banal que hace creer que tan sublimes palabras son innombrables y, por ende, impalpables para el conjunto general de sentidos humanos, pero más allá de estos humanos sentidos, impalpables para el ser. Esta ilusión transforma al ser en un ente irresponsable, que se absuelve a sí mismo de las desgracias y de las decepciones que han sucedido graci

De tenerlo todo sin tener nada.

Para la manía meramente humana que he de llamar mía.  al borde de gritar porque atónito & malditamente vivo me siento*(sin atiborrar Ésto de cursilerías)… también porque sin una gota de lucidez mi mente está*(más lúcida no puede estar)… también porque*(apropiadamente digo que) rebosante mi cuerpo y clarividencia está del agridulce éter que colma, & colma realmente el onírico jardín de humanidad que hay en alma mea*(por supuesto, quitándole absoluto protagonismo*(por un humanamente real & fantástico momento) a la cultura caníbal que sólo pudo haber existido en terra nostra) & con esto me refiero puntalmente a que inhumano me siento & esto se debe totalmente a tu gran, gran & gran protagonismo en Ésta obra griega que simboliza una fantástica faena que sólo Yo puedo citar con el Ostentoso nombre de vida Hasta que alma mea desaparezca Inevitablemente de este vaivén de Luz… Yo & mis sentidos estamos agraciados de poder aclamar tu protagonismo & esto muy p

De la irrealidad de tu imagen durante el tiempo de pensarte/verte.

Me encuentro en éxtasis con respecto a tu irreal imagen, tan irreal que puedo palparla y tan sublime que tan sólo observarla puedo. Me encuentro sin palabras y lamento estarlo, supongo que te desconoceré por mucho tiempo. No te amo y aún así, lo hago. Henri Matisse, Desnudo azul III, 1952

Durante mi letargo.

He de disponerme a decirte cuánto te amo, aunque a la vez, indignado he de sentirme al saber que mis sombrías letras algún día serán leídas por ti, amada. Me dispongo a contarte que te he querido antes, ahora y después; que te he adorado en el letargo de mis lágrimas; que te he amado como ninguno. Me disculpo a la vez, por el infortunio que ahora escribo y que pretendo que algún día llegue a tus ojos porque realmente no sabría cómo mostrarte amada, cuán tranquilo haces de mí.

Una odisea sinfín.

Entre vaivenes, frías lágrimas bajan por mi rostro mientras te añoro con la fuerza de trescientos hombres, los afanes se hacen conmigo a la vez que tormentas de azul arrecian, una odisea sinfín es ahora mi vida, que entre grito y llanto su fin es intentar acariciar tu corazón. Henri Matisse, La tristeza del rey. 1952

Amigos.

Particularmente para los magnificentes individuos que he de llamar amigos. Yo, personalización de la soledad, indigno del amor de tan maravillosas personas, me siento risueño <cómo nunca antes> de ser poseedor de esta única ambrosía que ha de alimentar mi corazón. Sin palabras y emocionado estoy gracias al amor que les guardo. Mi necesitada alma se colma de alegría cada día, me veo imposibilitado eternamente de contarles cuan alegre es mi interior gracias a sus hermosas existencias. Ustedes, maravillosas personas, dueñas de mis más grandes y puros sentimientos, tienen por siempre mi afecto, quiero verlas crecer y confío en que ustedes serán lo más admirable que ha de existir.   También soy fiel amante de sus asombrosas cualidades, tan sólo con una mirada puedo sentir cuan asombrosos son sus corazones, queridos confidentes; tan asombrosos son sus corazones que con una pizca de tiempo junto a ustedes ya puedo sentirme como un cortesano protegido por las murallas más f

Cuestión de existencia.

Desplomé en un hoyo perpetuo lleno de una afanada agonía. Inmerso en angustia ya dejé de percibirme. Sólo me queda tratar lo intratable con mi supuesto alter ego. Los astros son tantos que mi mente me duele tan sólo de imaginar ese número. Esto me lleva a atacar a mi agonizante existencia, ni siquiera debería llamarla así, ¿por qué tendría que llamarla así?, seguramente esa existencia morirá luego de que la última persona que me recuerde se olvide de mí, así qué, opinó yo que existiré unos doscientos sesenta y nueve años aunque también opinó yo, que existiré unos ciento veinte años. Que inquietud siento de pensar en esto, mi vida se prolongará de la misma forma en que lo hace un vaso con agua, naceré cuando el vaso sea llenado, viviré cuando el vaso sea tomado, moriré cuando el vaso ya no tenga agua. Mi vida es tan importante como cualquier vaso con agua, mi pobre corazón será golpeado eternamente, por mí, por todos. Ahora que pensé esto, no sé cómo podré ser el Observador, de qué me s

Vaivén de llanto.

El llanto exige capitulación, la ansiedad mejoró sus artilugios. Mis débiles palabras impregnadas de migajas de café no son escuchadas. Adonde quiera que vaya no dejo de preguntarme si acaso estoy encontrando mi destino. Llegada la noche, esa sensación se acuesta junto a mí, me abraza y poco a poco se va entrañando en la intimidad nocturna de mi corazón. No sé cómo. No poseo respuestas. ¡Acaso estaré envuelto en una desdicha profunda e increíblemente infinita! ¿Cuándo empezaré a divisar las respuestas a mi lúgubre –e inevitable- vaivén? La esperanza quiere abandonar. Día y noche, noche y día, parte de mi mente está atada a deliberar e imaginar un futuro quizás irrealizable. Físicamente me alejo, no quiero tener que lidiar con ese perverso bullicio, encuentro la tranquilidad personalizando al Observador en mis desconsoladas circunstancias, mirar y analizar al ruido sin encontrar respuestas se ha convertido en el hobby de todos los días. Mentalmente elijo descanso, se me hace muy agota

Transición mental.

Inconscientemente reflexioné, tengo un día aislado del sueño, esto me ayudo a comprenderme más a mi mismo y a mi entorno, me doy cuenta de todas las cosas que he venido desperdiciando, estoy más despierto que nunca, me fijé en lo que hay dentro de mis <derruidas> paredes, estoy atrapado dentro de mi, corrijo, estaba atrapado dentro de mi, las preocupaciones solamente huyeron, huyeron cómo mi deseo de triunfar ante un público, ahora sólo quiero concentrarme en lo que tengo dentro al menos por una corta etapa, tengo que trabajarme, equilibrarme. Después de este ciclo, tendré la suficiente confianza para triunfar, no sólo de eso, también tengo cosas por hacer, tengo que crecer. Ahora sólo sé que tengo en mis manos todas las oportunidades que quiero, tengo que buscarlas. El bullicio no está, estoy tranquilo y frío, no tengo en mente desperdiciar más tiempo, soy mi propio guía, soy mi maestro, sólo tengo que abrir los ojos, despertar mi esencia. 

Entrada de rutina.

Algo cansado me siento hoy de la rutina diaria, estoy distraído, tanto que estoy atento a las variaciones en la rutina, mi mente no se adapta, mi cuerpo reclama algo. La información diaria solamente se cuela en mis oídos, se queda sonando como un eco. Es un hecho que no pueda concentrarme en algunas cosas, me siento algo cansado de programar cada día una guía para moverme entre burbujas, en especial, de romper la barrera de una. Algo afligido también considero estar, es algo melancólico musitar alguna que otra palabra cuando no te puedo sentir. El camino se vuelve un poco nebuloso, llevo conmigo una tenue claridad, imperceptible por lo que está alrededor, perceptible para unos, atesoro unos varios momentos durante la rutina, esto me hace sentir reconfortado a veces, otras muchas, me llena de nostalgia a la vez que una lágrima que baja me hace recordar lo que ya no tendré, tal vez mi pensamiento esté llorando sólo de no tener un recuerdo fresco de ti, me siento algo lento, sólo... quier

Realidad.

La realidad pierde valor <y sentido> cuando logro palpar tu presencia, simple y conmovedora, inhalas ansias de volar, exhalas distintas formas de amar. Me apegué cuando comencé a necesitarte, dejé de poder explicar lo que significas hace ya tiempo, a veces sólo me pierdo en ti espontáneamente, mientras que otras regreso a ti de la misma forma, ya no puedo dejarte, te entrelazaste en mi alma. No dudare en atesorar cada instante en el que pueda apreciarte. 

Soledad.

La ciudad, los suburbios, expresan algo. Aceras desgastadas y sin cuidar se apoderan de los alrededores, la hierba mala crece y el cemento se envejece, la soledad crece, el júbilo desaparece, los fantasmas ahora se materializan, ellos caminan día a día por estas desgastadas aceras mientras piensan demasiado y hasta... ¡se olvidan a si mismos!, no puedo creer que a veces me convierta en un olvidado suburbio, las viejas casas se derrumban en el camino y obstruyen el paso, es difícil moverse en la obscuridad, el polvo y los escombros. Oh, no más suburbios olvidados por favor. . 

Excéntrica sencillez.

El amor se retrata en su existir. En su hombro caería una y mil veces confuso por tan excéntrico sentir. Se ha vuelto estrella, ha entrado como una flecha, hurtó mis afónicas fuerzas de hablar, alcanzarla es una aventura constante, me regalas sensaciones inexplicables, agradecería sin cansarme. Vuelas sin ataduras, decidí contemplarte mientras me maravillo, despiertas algo. Sólo me queda invitarte, invitarte a perderte en mi ser. 

Ruido/alboroto/bullicio/tormenta.

Ruido, dícese de un sonido sin armonía o un alboroto en sí.  Cómo retratar el ruido en letras. Me siento ruborizado cuando el bullicio atenta contra mis tímpanos, incapaz y deficiente, la calma no puede luchar contra el alboroto, bueno, en el peor de los casos. Qué se puede hacer cuando un ambiente colapsa.  Quizá las soluciones no se asomen, este ruido nebuloso se cuela por entre nosotros y nos convierte a algo similar a una maquina, ¿por qué se volvió una necesidad tener que emplear el ruido para conseguir algo? ¿será necesario? Un momento lleno de ruido se transforma en un recuerdo punzante, terrible y borroso, combatir el ruido con silencio es una posible solución aunque es una tarea laboriosa la de poder  tocar a las personas para recibir de su ayuda, no es muy difícil tratar de no hacer, el ambiente no fue hecho para destruirlo con alborotos, ¿mirarlo con ojos fríos será una utopía? 

Dulce flor.

Oh, perdí tus recuerdos, oh, dulce flor. Oh, no siento tu calidez, oh. Te habré querido lo suficiente, oh. Cuán mal me siento, mi flor. Cuánto habré querido hacer. Oh, mi dignidad no habrá sido suficiente. Habré tenido que darte todo, oh. Sé que tuve que hacerlo, dulce flor. Ahora me lamentó por no haberte dado todo. Ahora mi corazón solloza de no sentirte. Entré en el frío reino de los lamentos. No podré salir sin ti, Oh, te amé. Oh, te amaría. Oh, te amo.

Edificios grises.

Oh, cómo pueden ser grises esos edificios llenos de vida. Cómo puede esa humanidad ser tan gris. Cómo duele que no actúen bien. Cómo duele que prefieran ser grises. Gente gris llena de melancolía, oh, por qué no la dejan por un rato. Gente gris y banal, llevando el bullicio a todos lados, dejen de lastimar. Cómo soportan ver un panorama lleno de edificios grises, Cómo soportan tener unos ojos casi apagados. Cómo viven con miles de lamentos antiguos. Oh, qué gris se ven.

Lírica de una vieja mañana.

Frías gotas de agua cayendo del cielo me hacen pensar acerca de lo que hago, pensar acerca de lo que soy, frente a un espejo anticuado enmarcado en madera analizaba lo que suelen llamar "reflejo", me ayudé, si, me llené de brío para luchar contra ese "reflejo" de alguien descuidado, con unos ojos entre cerrados sobrepuestos en unas ojeras, con un cabello despeinado y sucio, llevando a sus espaldas una bolsa llena de razones para estar <mal>, ¿cómo las personas pueden estar bien consigo mismas?, ¿por qué yo no puedo?. Frías gotas de agua cayendo del cielo hacen que me sienta cálido con esa figura retratada en un anticuado vidrio, soy yo, no puedo cambiar lo que soy y tengo que aceptar que soy así, que estoy lleno de defectos y también que alguna que otra cualidad se asoma por allí, me sentí bien con eso que vi, porque veo reflejado en mis ojos un inocente temor por las demás personas, un sutil sentimiento de amor a esas personas también. Veo mi único probl